Cáritas. 22 de febrero de 2012.- Esta mañana se ha presentado en la sede de Cáritas Española, en Madrid, la primera de una nueva serie de publicaciones anuales de la Fundación FOESSA, que sale a la luz bajo el título “Exclusión y Desarrollo Social en España. Análisis y Perspectivas 2012”.
Una pobreza más extensa, más intensa y más crónica
El análisis de los datos que aborda esta publicación sobre la evolución de la realidad social en España confirma, como ha asegurado el secretario general de Cáritas, Sebastián Mora, “una pobreza más extensa, más intensa, más crónica y una convivencia que se asienta cada vez más en una sociedad dual”.
Niveles de renta
En cuanto a la evolución de los niveles de renta, FOESSA confirma que la tasa de pobreza en España (21,8%) es una de las más elevadas de la Unión Europea y que los pobre son más pobres, al detectarse una disminución en el umbral de pobreza que pasó de 8.000 euros (2009) a 7.800 (2010).
Asimismo, se producen diferencias considerables dentro del territorio español. Por ejemplo, en el año 2010 el nivel de pobreza en Extremadura se veía superado por el de Navarra en más de treinta puntos porcentuales (38,2% y 7,3%, respectivamente).
Además, se ha producido un incremento de la exclusión social, ya que en 2010 afectaba a 11.675.000 personas estaban en riesgo de pobreza en España, es decir, la cuarta parte de la población (25,5%).
Este aumento de la precariedad se ve confirmado también por el incremento de personas atendidas por los servicios de Acogida de Cáritas, que pasaron de 400.000 en 2007a 950.000 en 2010.
Pérdida de nivel de bienestar
En el análisis de FOESSA se indica que la evolución de la renta media de la población española ha descendido en un 4%, aunque si comparamos la evolución de la renta por persona con la del índice de precios, esta caída, en términos reales, está cerca del un 9% entre 2007 y 2010.
Otro indicador muy representativo de las carencias de los hogares que se abordan en la publicación se refiere a su pérdida de bienestar durante la crisis y que se evalúa en función de la dificultad declarada por el 30% de los hogares españoles para llegar a fin de mes en 2010. Otro indicador en ese mismo sentido es el dato de que, a finales de 2010, cerca de un 41% de los hogares españoles manifestaban su incapacidad para hacer frente a los gastos imprevistos.